Conozcamos a David Güell
- ¿Quién es David Güell como profesional?
La verdad es que me costaría menos definir a Santiago que definirme yo mismo. Sobre mí, lo que puedo decir es que tengo la suerte de que me gusta mucho mi trabajo. Eso me permite combinar mucha dedicación con poco sacrificio. Me implico y me ilusiono con cada nuevo proyecto y disfruto trabajando en equipo, especialmente cuando el equipo es bueno. Me preocupa mucho la seguridad e intento integrarla en los productos desde la fase conceptual, quiero dormir tranquilo…
- Y en el plano más personal, ¿cómo te definirías?
Perseverante, optimista, muy previsor, metódico y con sentido del humor.
- ¿Qué significa para ti la ingeniería?
La ingeniería consiste en aplicar la tecnología para crear soluciones. No hacemos descubrimientos pero podemos inventar cosas nuevas. Somos técnicos, no científicos.
- ¿De dónde te viene esa pasión?
Mi padre era propietario de un taller de ebanistería y era una persona creativa y perfeccionista. Diseñaba él mismo el producto que ofrecía a sus clientes y modificaba las máquinas que tenía en el taller para mejorar sus prestaciones y su seguridad. Aprendí mucho con él.
- ¿Qué otras pasiones tienes?
En lo material, me apasionan los coches, los actuales y los clásicos. En lo personal, la familia es lo primero y le sigue un pequeño grupo de buenos amigos.
- ¿Con qué sueña David Güell?
Me apetecería mucho que alguna de las cosas que han salido de mi cabeza sirva de base para futuras soluciones. Ese granito de arena que todos podemos aportar de un modo u otro al progreso…
- Algo de lo que te sientas especialmente orgulloso?
Me siento orgulloso de haber llegado donde estoy por voluntad propia y por méritos propios, sin enchufes ni triquiñuelas, jugando siempre limpio.
Sobre su profesión
- ¿Por qué decidiste estudiar ingeniería?
Siempre me ha fascinado la mecánica. Tenía clara la vocación de diseñar nuevos productos. No me costó mucho decidir qué carrera debía elegir. Cuando aún era un estudiante de ingeniería estrenaron la película «Apolo 13» y recuerdo una escena en la que reúnen a los ingenieros en una sala, les explican que en la nave tienen filtros de dióxido de carbono cuadrados pero deben montarlos en un alojamiento redondo, ponen sobre la mesa todos los elementos disponibles en la nave y les piden que envíen instrucciones a los astronautas para solucionar el problema. En ese momento me alegré mucho de haber elegido esa carrera y pensé «me encantaría haber estado ahí». Me perdí los siguientes minutos de película buscando la solución…
- ¿Es difícil “sacarse” una ingeniería?
En mi caso no puedo decir que me resultara fácil pero cualquier otra carrera universitaria me habría costado más sacrificio. Yo tenía claro que la ingeniería industrial era lo mío. En mi opinión la dificultad de una carrera depende en gran medida de las aptitudes del alumno.
- ¿Crees que la formación que recibiste en la universidad fue suficiente o cuando terminas la carrera es cuando realmente empiezas a aprender?
Cuando te dan el título universitario, el que sea, estás igual que cuando te dan el carné de conducir: contento pero verde. Lo notas cuando empiezas a trabajar, te pones frente a una máquina que está fallando, el mecánico te pregunta-¿tú qué crees que le pasa?- y ves clara la diferencia entre la vida profesional y un problema teórico, con su enunciado y su solución.
- ¿Qué relación existe entre un ingeniero y un arquitecto?
Depende de las personas que llevan esas «etiquetas». Nos dedicamos a diferentes tareas habitualmente en diferentes entornos, no tenemos la misma formación ni las mismas prioridades. Somos francamente diferentes y es precisamente eso lo que puede hacer tan interesante colaborar, ya que puede dar frutos tremendamente innovadores.
La mayoría de arquitectos con los que hemos trabajado son personas creativas a las que les entusiasma su trabajo y que desean distinguir sus diseños de lo que ya se ha visto, por lo que están abiertos a nuevas propuestas. Para mí, trabajar con ellos resulta interesante y muy instructivo. Ojalá ellos se lleven la misma impresión.
- ¿Quién acude a vosotros para llevar a cabo un proyecto: el arquitecto, el cliente final…?
A veces el cliente nos presenta a su arquitecto y en otras ocasiones el arquitecto nos presenta a su cliente. Lo importante es que ambos estén de acuerdo.
Un poco más sobre Birkigt
- ¿Cómo, cuándo, dónde y por qué nace Birkigt? 🙂
Empezando por el final hablaremos del porqué. Si partimos de la necesidad de trabajar para ganarse la vida de manera legal, la mejor opción es trabajar en algo que te guste, te motive y te llene. Por este motivo, cuando en el 2009 nos vino la idea de crear esta empresa nos pusimos manos a la obra inmediatamente.
El cómo es lo más curioso. Una persona que confiaba en nosotros se estaba construyendo una vivienda de alta calidad y nos pidió una serie de soluciones que el constructor le decía que no se podían hacer porque no estaban en el mercado. Nos dimos cuenta de que existía esa necesidad, de nuestra capacidad para satisfacerla y de lo divertidos que resultaban este tipo de retos para nosotros.
- ¿Y por qué ese nombre? ¿Hay alguna historia detrás?
Marc Birkigt fue un ingeniero ilustre al que admiramos. No es un nombre muy conocido actualmente pero en su momento contribuyó a unir la innovación y la industria del lujo en España, ya que fue cofundador y director técnico de la mítica fábrica de automóviles «Hispano-Suiza».
- Birkigt se define como “ingeniería de alta costura”. ¿Qué significa esto exactamente?
Nuestra idea es llenar el hueco existente en el sector de la construcción entre el producto de serie, que puede llegar a tener una calidad excelente pero se limita al catálogo del fabricante, y el producto artesanal, que puede adaptarse totalmente al gusto y necesidades del cliente pero que, en general, adolece de falta de nivel tecnológico.
Ofrecemos un producto con un elevado nivel tecnológico pero totalmente «tailor made».
- ¿Cómo os repartís el trabajo entre Santiago y tú?
La verdad es que vamos muy a la par en casi todas las tareas. Tenemos alguna cosilla especialidad de uno u otro, pero la mayoría nos las repartimos a partes iguales y en las más importantes (trabajo creativo, toma de decisiones…) trabajamos juntos. Tenemos la fortuna de ponernos de acuerdo muy rápidamente y nos rinden mucho las sesiones de trabajo que definimos como «pensar en paralelo». Encontrar un socio con la capacidad que tiene Santiago y poder trabajar con él con tanta facilidad y comodidad no es nada común y lo considero una auténtica suerte.
- ¿En qué se diferencia Birkigt de otras empresas?
No tenemos catálogo. El cliente puede pedir cualquier cosa que se pueda fabricar, se pueda pagar y no resulte peligrosa.
- ¿Qué papel juega la tecnología en vuestras creaciones?
La tecnología es la herramienta que nos permite desarrollar nuestro trabajo y hacer realidad nuestras ideas. La transferencia tecnológica del sector industrial al sector de la construcción es lo que hace que nuestros productos sean tan fiables e innovadores. Por otro lado, evitamos deliberadamente las soluciones excesivamente rebuscadas y complejas ya que acaban siendo más caras y menos fiables. Hay que dedicar mucho tiempo a pensar para encontrar soluciones sencillas (que una vez halladas parecen obvias) pero merece la pena el esfuerzo.
- ¿Y la personalización?
En Birkigt cada producto es único y totalmente dedicado a satisfacer las necesidades de un cliente en particular. Como decía antes, no tenemos catálogo de productos, sólo le mostramos al cliente algunas cosas que ya hemos proyectado para que entienda cuáles son nuestras posibilidades y colaboramos estrechamente con él en la definición del proyecto que mejor le satisfará.
- ¿Qué es lo más original o “estrambótico” que habéis llegado a hacer? (Y que se pueda contar).
Estuvimos trabajando en unos «parasoles gigantes» que debían cubrir un patio enorme en un hotel. Debían desplegarse en forma paraguas invertidos y crear un espacio resguardado de las inclemencias del tiempo. También se podían recoger y quedaban ocultos en el interior de los fustes que los sostenían.
Al final se cambió el proyecto del hotel por problemas urbanísticos.
Y un poco más allá
- Acabáis de abrir este año una delegación en Polonia. Cuéntanos un poco más sobre ese desembarco en el país polaco.
Durante los últimos 10 años, por motivos profesionales, hemos ido visitando Polonia regularmente. Antes de la crisis ya era un país que iba mejorando de manera paulatina pero en estos últimos dos años hemos visto una clara mejora económica, por lo que resultaba un mercado atractivo. Si a esto le sumamos que una persona competente, con la formación adecuada (ingeniero y con amplia experiencia en el sector de la construcción) y de nuestra plena confianza podía estar interesada en formar parte de nuestro equipo…
- ¿Cuáles son vuestros próximos proyectos?
Precisamente tenemos entre manos un par de proyectos interesantísimos en Polonia a entregar en 2016. A nivel nacional queremos mejorar nuestra presencia en determinadas zonas a base de aumentar nuestra dedicación personal a estas áreas del mercado.
- ¿Cómo definirías el éxito?
Se puede hablar, por un lado, de éxito público, que implica el reconocimiento de los demás y está sujeto a las modas, las tendencias sociales y la influencia de determinados medios de comunicación.
Por otro lado está el éxito personal, privado, que yo definiría como lograr lo que te propones. En este caso lo importante es proponerte algo que te llene de verdad. Si aciertas en lo que te propones este éxito privado es mucho más valioso que salir en la portada de cualquier revista.
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